___Historias, cuentos y relatos de un Saber Olvidado___

. . . . . Relatos y textos de Tradiciones de Conocimiento . . . . .

____ . . . . . Historias y Relatos sufíes . . . . . ____



"Si piensas que..."



"Si piensas que obtendrás el éxito 
sin esfuerzo, eres un iluso. 
Y si piensas que lo obtendrás esforzándote 
voluntariosamente, eres un arrogante."

                           Alí Ibn Abí Tâlib (ca. 599/600- 661 e.c)

· La vaca en la isla verde ·


· La vaca en la isla verde ·

“En el mundo hay una isla verde en la que vive sola una vaca.

Hasta que cae la noche, se alimenta de la rica vegetación que allí crece, de manera que se pone grande y gorda. Pero, durante la noche, se queda más flaca que un alambre a causa de su inquietud, pues se pregunta sin parar: 
«¿Qué voy a comer mañana?».

Cuando rompe el día, los campos verdean: 
las hojas verdes y los cereales alcanzan la altura de un hombre.
La vaca se echa encima con hambre canina; hasta la noche, se alimenta de aquella vegetación y la devora por completo.
De nuevo se pone corpulenta, gorda y fuerte.
Luego, llegada la noche, es víctima del pánico y presa de una febril inquietud, de suerte que, por miedo a no tener forraje, enflaquece pensando: 
«¿Qué voy a tener mañana para comer?».

Así se comporta aquella vaca desde hace muchos años. 

Nunca se dice: 
«Durante todo este tiempo, me he alimentado de este prado y de este pasto; mi subsistencia no me ha faltado un sólo día; 
¿a qué, pues, este temor y esta angustia que me queman las entrañas?».
Pues no, cuando cae la noche, la vaca gorda se vuelve flaca pensando: 
«¡Ay! ¡ya no tengo nada para comer!».

La vaca es el alma carnal [el nafs, el ego] y el campo es el mundo en el que el alma carnal se carcome de miedo por el pan cotidiano, diciéndose: 
«Me pregunto qué voy a comer en el futuro: 
¿dónde encontraré alimento mañana?».

Durante años has comido, nunca has estado privado de alimento: 
deja tranquilo el futuro, considera el pasado. 

Acuérdate de lo que has tenido ya; 
no pienses en lo que va a ocurrir, 
y no te aflijas.”

                                                       Rumí, Mathnawi, V


· Los Tres Cedazos ·

 

· Los Tres Cedazos ·


"Un día el sabio Sócrates se paseaba por Atenas cuando le abordó un amigo.

- Escucha, Sócrates, tengo algo que contarte; imagínate que nuestro amigo...

- Detente - le interrumpió el filósofo - antes de continuar tu historia,
dime si has pensado en hacer pasar por tres cedazos lo que quieres decirme.

- ¿Qué cedazos ? - se asombró el otro.
- El primero es el de La Verdad ¿Puedes afirmar que tu relato es verídico?

- En realidad no estoy absolutamente seguro. 
Lo oí contar a alguien que sostenía que....

-Lástima. Pero quizás tu historia podrá pasar a través del 
segundo cedazo, el de La Bondad. 
A falta de ser con seguridad veraz, lo que vas a contarme, 
¿te lo ha inspirado el afecto o la admiración por nuestro amigo?

El otro empezó a sentirse molesto.
-No - admitió con desgana -mi historia no lo muestra bajo una buena luz.

-¡Lastimoso! - suspiró Sócrates. Por fortunacontamos con el tercer cedazo.
¿Es de real Necesidad o Utilidad que me reveles lo que inquieta a tu lengua?
-A primera vista, no me pareció indispensable, pero....

-Perdona si te interrumpo, querido amigo, pero si lo que te preocupa 
no es verdadero, ni bueno, ni útil o necesario,
¿qué ganamos tú relatándolo y yo escuchándolo?

Y tras estas palabras, Sócrates continuó sereno su paseo,
quedando reflexivo su interlocutor."


"Estos tres cedazos se hallan en nuestro Interior.
Son nuestra propia Consciencia,
Despierta y Acrecentada.
"




· El Aprendizaje de Shiblí ·

 

Shiblí* era discípulo del célebre Junaid de Bagdad**. Cuando se convirtió, fue a verlo y le dijo: «Me dicen que posees la perla del conocimiento divino: dámela o véndemela».

Junaid respondió: «No puedo venderla pues no tienes lo que vale; y si te la doy la habrás obtenido por demasiado poco. No conoces su valor. Arrójate de cabeza, como yo, en ese océano para que puedas ganar la perla esperando pacientemente.»

Shiblí preguntó que debía hacer.

«Ve y vende azufre», le dijo Junaid.

Al cabo de un año, le dijo a Shiblí: «Este comercio te ha dado a conocer. Hazte derviche y ocúpate solo de mendigar».

Durante todo un año, Shiblí vagó por las calles de Bagdad pidiendo limosna a los que pasaban, pero nadie reparaba en él. Regresó entonces donde se hallaba Junaid, que exclamó:

«¿Ves ahora? No eres nada a los ojos de la gente. Nunca pongas tu mente en ellos ni los tomes en cuenta para nada. Durante un tiempo – prosiguió Junaid – fuiste chambelán y gobernaste una provincia. Ve aquella región y pide perdón a todos aquellos a quienes perjudicaste».

Shiblí obedeció y se pasó cuatro años yendo de puerta en puerta hasta que hubo obtenido el perdón de todos, excepto de una sola persona, a la que no pudo encontrar. A su regreso, le dijo Junaid: «Aún aprecias un poco tu reputación. Vuelve a mendigar otro año».

Cada día, Shiblí le entregaba a Junaid las limosnas que había recibido, y Junaid las distribuía entre los pobres, y dejaba a Shiblí sin alimento hasta la mañana siguiente.

Cuando transcurrió un año de esta manera, Junaid aceptó a Shiblí como uno de sus discípulos con la condición de que realizara las labores de un sirviente de los demás. Tras años de servicio, Junaid le preguntó: «¿Qué piensas de ti mismo ahora?»

Shiblí respondió: «Me considero la más ínfima de las criaturas de Dios»

«Ahora, dijo el maestro, tu fe es sólida».***




*Abu Bakr al-Shiblí (861-946 e.c.) Reconocido sufí de origen persa. "
Era un alto funcionario de Bagdad antes de embarcarse en el camino espiritual y convertirse en discípulo de Junaid Baghdadi . Su nombre es mencionado por los poetas persas como Attar, Rumi y Sanai . También estuvo asociado con Hallaj."

**Junaid de Bagdad (830-910 e.c.) Místico sufí, "figura central en el linaje espiritual de muchas órdenes sufíes." "Junaid enseñó en Bagdad durante toda su vida y fue una figura importante en el desarrollo de la doctrina sufí."


*** Cf. R.A. Nicholson, The Mistics of Islam, London, 1914, págs. 34 y 35.



· La Llave Perdida... ·



«Un hombre camina hacia su casa a altas horas de la noche cuando ve a un ansioso Mulá* Nasrudin a gatas, arrastrándose sobre las manos y las rodillas en el camino, buscando desesperadamente algo bajo tierra por algo en el suelo.

-Mulá, ¿qué has perdido?- pregunta el transeúnte.

-Estoy buscando la llave de mi casa-, dice Nasrudin con preocupación.

-Te ayudaré a buscar tu llave-, dice el hombre y se une a Mulá Nasrudin en la búsqueda.
Pronto ambos hombres están arrodillados bajo la luz de la calle, buscando la llave perdida.

Después de un tiempo, el hombre le pregunta a Nasrudin: 
-Dime Mullah, ¿recuerdas exactamente dónde dejaste caer la llave?-

Nasrudin mueve su brazo hacia la oscuridad y dice:
-Allá, en mi casa. Perdí la llave dentro de mi casa ...-

Sorprendido y exasperado, el transeúnte se levanta y le grita a Mulá Nasrudin:
-Entonces, ¿por qué estás buscando la llave aquí en la calle?-

-Porque hay más luz aquí que dentro de mi casa-, responde Mullah Nasrudin con indiferencia.»


*Mulá: «...El término proviene del árabe -mawla- y en castellano se puede entender como "señor" en un sentido honorífico...Mulá es el término que más se usa...para referirse al hombre o mujer experto en el Corán, el hadiz y el derecho islámico. Realmente es un título.»

"El que guarda el río..."



«Sunan Kalijaga [Java, Indonesia, n. ca. 1460-?], el más importante de los "nueve santos" o Wali Sanga, a los que tradicionalmente se les atribuye haber introducido el Islam en Java y haber convertido a la población por sí solos y sin recurrir a la fuerza, se convirtió en un héroe legendario y figura ejemplar.

Era, según dicen, hijo de un alto funcionario real del Imperio Madjapahit, el mayor y último de los reinos indonesios hindú-budistas. La  época en que vivió es conocida por los javaneses como «el tiempo de los tiempos»: es el momento en que la antigua civilización de India desaparece ante el Islam. Cuando llegó a la ciudad de Jepara, era el típico golfo consumado que robaba a su propia madre para beber y jugar. Cuando se hubo gastado todo el dinero de su madre, se hizo salteador de caminos que infundía terror. Lo llamaban Raden Djaka Sahid.

Por aquel tiempo, llegó a Jepara Sunan Bonang [1465-1525 e.c.] - otro de los Wali Sanga-, ataviado con ropas suntuosas, cubierto de joyas y que llevaba [consigo] una caña de oro macizo. Al ver aquello, el joven ladrón se abalanzó sobre él, blandiendo un puñal, con intención de desvalijarlo.

Bonang se contentó con reír y le dijo:

—¡Sahid! No vivimos más que un momento. Mira ese Árbol.
Sahid se volvió y vio que el baniano se había transformado en oro y de sus ramas colgaban joyas. Él se maravilló de que un hombre que podía hacer tales prodigios no desease más riquezas. Le dijo a Bonang que ya no quería robar, jugar ni beber, sino que deseaba ser instruido en su «Ciencia».

Bonang respondió: De acuerdo, pero es dificilísimo. ¿Tendrás suficiente ánimo y perseverancia? Sahid le aseguró que perseveraría hasta la muerte. Entonces, Bonang le ordenó que le esperara a la orilla del río [a la sombra del Árbol] hasta que el volviese, y se fue.

Sahid, a la orilla del río, lo esperó veinte años, treinta o cuarenta, [conoció a la que sería su esposa, hermana del Wali Sanga Sunan Gunungjati] y siguió aguardando. A su alrededor crecieron árboles, construyeron edificios, pasaron muchedumbres, hubo inundaciones, pero él permanecía en la quietud.

Al fin, volvió Bonang. Pero en vez de enseñarle las doctrinas del Islam, le dijo a Sahid:
—Has sido un buen alumno, tú sabes ahora más que yo. Y se puso a preguntarle sobre asuntos religiosos, a los que el discípulo respondió perfectamente. Bonang le dio el nuevo nombre "Kalijaga", «el que guarda el río [inagotable de la Sabiduría], y le dijo que fuese a predicar el Islam, cosa que hizo con éxito inigualado.

Se había vuelto musulmán sin haber leído nunca el Corán, ni entrado en una mezquita, ni oído una oración. Se volvió "musulmán" porque había rectificado su vida; no rectificó su vida por que se hubiese hecho musulmán.

Porque, si bien el hombre, por su naturaleza original - fitra o fitrah - dispone de la capacidad de Conocer la Verdad, no se reconoce ni comprende sino lo que uno se ha vuelto capaz de percibir mediante la purificación del espíritu y del corazón."

                               Leyenda indonesia adaptada*

*[anotaciones entre corchetes:por el autor de este blog]


"En lo más profundo del mar..."





" Los ciegos y la cuestión del elefante "

                                 
"Más allá de Ghor había una ciudad. Todos sus habitantes eran ciegos.
Un rey con su cortejo llegó cerca del lugar, trajo su ejército y acampó en el desierto.
La población estaba ansiosa por ver al elefante, y algunos ciegos de esta ciega comunidad se precipitaron como locos para encontrarlo. Como no conocían ni siquiera la forma y aspecto del elefante tantearon ciegamente, para reunir información, palpando algunas partes de su cuerpo. Cada uno pensó que sabía algo, porque pudo tocar una parte de él. Cuando volvieron junto a sus conciudadanos, impacientes grupos se apiñaron a su alrededor. Todos estaban ansiosos, buscando equivocadamente la verdad de boca de aquellos que se hallaban errados. Preguntaron por la forma y aspecto del elefante, y escucharon todo lo que aquellos dijeron. 
Al hombre que había tocado la oreja le preguntaron acerca de la naturaleza del elefante. El dijo: -'Es una cosa grande, rugosa, ancha y gruesa como un felpudo'.
Y el que había palpado la trompa dijo: -'Yo conozco los hechos reales, es como un tubo recto y hueco, horrible y destructivo'. 
El que había tocado sus patas dijo: -'Es poderoso y firme como un pilar'.
Cada uno había palpado una sola parte de las muchas. Cada uno lo había percibido erróneamente. Ninguno conocía la totalidad: el conocimiento no es compañero de los "ciegos".

Todos imaginaron algo, algo equivocado.

La criatura humana no está informada acerca de la Divinidad.

No existe Camino en esta Ciencia, por medio del intelecto ordinario."
                                                                                                                     
                                                                             Hakim Sanai, "Hadiqat al Haqiqa"

"La finalidad del ruiseñor"



Un ruiseñor que carecía de hogar decidió establecerse en un bosque cercano. Pero las aves ya instaladas allí tenían sus propias ideas acerca de esto y pronto lo ahuyentaron.
Cierto día, mientras reflexionaba desconsoladamente junto al polvoriento camino contiguo, fue avistado por otro ruiseñor, quien se detuvo para preguntarle por qué tenía aquel aire tan triste.
Procuré - dijo el primer pájaro,- hacer mi hogar entre las otras aves, pero me picotearon, me atropellaron y me golpearon con sus alas hasta que no tuve más remedio que irme de aquel bosque que ves allí.
Tal vez te presentaste con alardes y jactancias. Cuando yo, en una situación parecida, busqué un árbol para mí, todos los pájaros me rodearon y me preguntaron qué hacia y por qué cantaba.
Sí, conmigo éstos hicieron lo mismo - explicó el primer ruiseñor.
— ¿Y qué contestaste?
Yo les dije: canto porque no puedo evitarlo.
¿Y después?
Me atacaron como ya te he dicho.
¡Ah! - suspiró el segundo ruiseñor-. Ése fue tu error. Pensaron que no podías dominarte y tal vez estuvieses loco, con el riesgo de que tratases de hacer que ellos se comportaran de la misma manera. Cuando a mí me hicieron esa misma pregunta, respondí: estoy procurando agradarles con mi canto. Ésa fue una finalidad que podían entender ".



"Bahaudin y el Caminante"

"El Sabio Bahaudin Naqshband Bujari, encontró un día a un compañero en la gran plaza de Bujará. 

El recién llegado era un derviche errante de la tradición mística malamati*. 

Bahaudin estaba rodeado por sus discípulos, cuando le preguntó al caminante:

-¿De dónde vienes?-

- No tengo ni idea - dijo el otro riendo estúpidamente. 
Algunos de los discípulos de Bahaudin murmuraron su desaprobación por esta falta de respeto. 
-¿A dónde vas?, prosiguió Bahaudin. 
- ¡¡¡No sé!!! -, gritó el derviche. 
-¿Qué es el Bien?-. 

Para entonces ya se había reunido una gran multitud. 

-No lo sé -. 
-¿Qué es el Mal?-. 
- No tengo ni idea -. 
-¿Qué es lo Correcto?- 
- Todo lo que es bueno para mí -
-¿Qué es lo Equivocado?- 
- Todo lo que es malo para mí-
Las gentes, agotada su paciencia e irritadas por este derviche, lo apartaron. Éste se fue caminando decididamente a grandes pasos en una dirección que no llevaba a ninguna parte, muy lejos. 
-
¡Idiotas!, dijo Bahaudin Naqshband - éste hombre estaba representando el papel de la humanidad. Mientras vosotros lo despreciabais, él estaba mostrando, deliberadamente, la falta de atención que todos vosotros mostráis, de forma inconsciente, todos los días de vuestras vidas.

*
"Malamati es un término derivado de "malama" o "censura". El malamati ocultaba sus actos meritorios como otros ocultan sus malas acciones. Intencionadamente buscaba ser despreciado y reprobado,"censurado" por el mundo, como modo de reconocer en sí mismo y purificarse de la "auto-importancia". Ibn Arabi lo definía como "solitario en la multitud" y lo situaba en la esfera más alta de la Santidad". 



"El turco y el sastre"


"Un narrador relataba a su auditorio divertido los fraudes y astucias a que se dedican los sastres. Un turco, que lo escuchaba con atención, le preguntó quien era en la ciudad el más hábil en aquel tipo de engaños. El narrador respondió que cierto sastre, llamado Pir-i-Shush, era superior a todos los demás como ladrón y atracador consumado.

«Os garantizo,dijo el turco,que por más que haga, nunca logrará robar ni un pedazo de hilo en mi presencia». Le aseguraron que otros más capaces que él habían caído en la trampa de aquel sastre deshonesto. Finalmente se apostaron un caballo árabe: el turco lo ganaba o lo perdía según acabara el encuentro.
A la mañana siguiente, se fue a la tienda del sastre, con una magnífica pieza de raso bajo el brazo, y mandó que le hiciesen un abrigo. El sastre se deshizo en reverencias y palabras amables y mientras le tomaba las medidas, se puso a contarle historias divertidas que hicieron reir mucho al turco. Sin embargo, mientras hablaba, cortó un pedazo de raso y lo ocultó entre sus ropas. Aquello siguió durante un buen rato: el sastre contando divertidas historias, el turco, partido de risa, pidiendo sin cesar nuevos chistes, y el sastre apoderándose subrepticiamente de trozos de tela. Él mismo, al final, le dijo al pobre turco que se fuera, si no no quedaría suficiente tela para coserle el abrigo.

«El sastre, que es el mundo, se apodera de la tela de tu vida, pedazo a pedazo, con sus tijeras, que son los meses.
¿Hasta cuándo querrás escuchar los cuentos del tiempo?»"
                                                         
                                                                                                          
                   Jalal ad-Din Rumi, Masnavi, VI


" El pájaro que tenía el don de volar "


"Había una vez un pájaro que no poseía el don del vuelo. Como un pollo, caminaba por el suelo, aunque sabía que algunos pájaros sí volaban. Sucedió que a través de una combinación de circunstancias el huevo de un pájaro volador fue empollado por éste que no volaba.
A su debido tiempo nació el pichón todavía con la potencialidad para volar que siempre había tenido, aún desde la época en que se hallaba en el huevo.
Entonces, le preguntó a su madre adoptiva:
-¿Cuándo volaré?
Y el pájaro atado a la tierra respondió:
-Persiste en tus intentos de volar, como los otros.
Porque no sabía como enseñarle al pichón a volar, ni siquiera sabía como arrojarlo del nido de manera que aprendiese.
Resulta curioso, en cierto modo, que el pajarillo no viera esto. El reconocimiento de su situación lo confundía debido a la gratitud que sentía hacia el pájaro que lo había empollado.
-Sin este servicio -se dijo a sí mismo- seguramente estaría aún en el huevo.
E incluso otras veces decía:
-Quien puede empollarme, seguramente debe poder enseñarme a volar. Debe  ser sólo una cuestión de tiempo, o de mis propios esfuerzos sin ayuda, o de alguna gran sabiduría. Si, así es. Un día, de repente seré transportado a la etapa siguiente por aquel que me ha traído hasta aquí ".



"Porque existe el Oro Verdadero..."


"Porque existe el Oro Verdadero, es que hay oro falso"




"El gramático y el pozo"



"En una oscura noche, pasaba un derviche junto a un pozo seco, cuando oyó un grito de auxilio desde el interior de éste. -¿Qué sucede? -preguntó, mirando hacia el interior del pozo.-


-Soy un gramático y desgraciadamente, debido a que ignoro el camino, caí en este profundo pozo, en el que ahora estoy casi inmovilizado -respondió el otro.-


-Espera, amigo, que voy a buscar una escalera y soga -dijo el derviche.-

-¡Un momento, por favor! -dijo el gramático-. Tu gramática y pronunciación son defectuosas, ten a bien corregirlas.-

-Si eso es mucho más importante que lo esencial -gritó el derviche- será mejor que  permanezcas donde estás, hasta que yo haya aprendido a hablar correctamente.-

Y siguió su camino."

                                                                     Yalal ad-Din Rumi, Masnavi, I



"Los tres consejos"



«Un hombre cogió un pájaro por medio de un cepo; el pájaro le dijo: "Noble señor, has comido muchos bueyes y corderos, has sacrificado innumerables camellos; y nunca has quedado saciado: tampoco lo vas a quedar conmigo. Déjame ir, que pueda darte tres consejos, a fin de que veas si soy sabio o estúpido. 
El primer consejo te lo diré posado en tu mano, el segundo en tu tejado, y el tercero en un árbol. Déjame partir, pues estos tres consejos te traerán la prosperidad."
El primero, que ha de decirse en tu mano, es este: "No creas un absurdo cuando se lo oyes a alguien". 
Cuando el pájaro hubo enunciado el primer consejo en la palma de la mano, fue liberado y fue a posarse en el muro de la casa, y dijo: El segundo consejo es "No te aflijas por lo que ha pasado cuando ha pasado, y no sientas pesar".

Después de lo cual le dijo: "En mi cuerpo hay escondida una enorme y preciosa perla, de diez dirhams de peso. Tan cierto como que estás vivo esta joya era tu fortuna y la suerte de tus hijos. Se te ha escapado esta perla, pues no estaba en tu destino el adquirirla, esta perla que no tiene igual en este mundo".

El hombre, como una mujer que gime cuando pare, se puso a dar gritos. 
El pájaro le dijo: "¿No te había aconsejado: no te aflijas por lo que ha pasado. Puesto que es algo pasado y terminado, ¿por qué te apesadumbras?
O bien no has comprendido mi consejo, o eres sordo. En cuanto al primer consejo que te he dado, o sea, "no creas una afirmación absurda", oh buen hombre, yo mismo no peso diez dirhams.  ¿Cómo puede haber dentro de mi un peso de diez dirhams?" 
Se recobró el hombre y dijo: "Oye, dime ahora el tercer consejo excelente".
"¡Bueno!, dijo el pájaro, has hecho tan mal uso de los otros dos consejos que no veo por qué habría de darte el tercer consejo en vano!"»
«Dar un consejo a un ignorante obtuso es sembrar en terreno baldío»".

                                                                                                     Rumi, Mathnawi, IV 


"Lo externo y lo interno"


Un Sabio "de Bucara atraía grandes grupos de personas y su casa estaba siempre llena de discípulos y peregrinos.

Afligido por ese trajín y movimiento, un estudiante devoto se marchó de la ciudad a poco de haber entrado en ella en busca del sabio y se encaminó a la choza de un contemplativo más solitario, en la parte oriental de Turquestán.

Después de que los dos estuvieron sentados en contemplación durante un rato, el místico levantó la cabeza, habiendo leído la mente del visitante, a quien dijo:

- Cuando juzgues por lo externo, por las apariencias solamente, obtendrás únicamente superficialidades. Te desagradó el aspecto externo del sabio de Bucara, y por lo tanto no pudiste percibir su aspecto interno. En el Día Final, si has de ser juzgado de la misma manera, por tu forma externa, ¿por qué no preparas tu propia exterioridad? Estás vestido sobriamente; adórnate con cuentas. Tu túnica es lisa; haz que sea motivo de observación. Decórate y luce. Entonces, por lo menos, se te podría reconocer el mérito de la coherencia".


"El tesoro oculto"


"Un habitante de Bagdad había malgastado toda su herencia y se encontraba en la indigencia. Después de dirigir a Dios ardientes oraciones, soñó oír una voz que le decía que en la ciudad de El Cairo había un tesoro escondido en cierto lugar.
Llegado a El Cairo sin dinero, resolvió mendigar, pero tuvo vergüenza de hacerlo antes de que cayera la noche. Cuando erraba por las calles, fue prendido por la patrulla, que lo tomó por un ladrón y lo molió a palos antes de que hubiera podido explicarse.
Al final lo logró, y contó su sueño con tal acento de sinceridad que convenció al lugarteniente de policía.
Éste exclamó: «Veo que no eres un ladrón, sino un buen hombre; pero ¿cómo has podido ser tan estúpido de hacer un viaje tan largo basándote en un sueño? Yo he soñado muchas veces un tesoro escondido en Bagdad, en tal calle, en casa de fulano, y no por ello me he puesto en camino»
Pues bien, la casa que mencionaba era la del viajero. Éste, dando gracias a Dios de que la causa de su fortuna fuese su propio error, volvió a Bagdad, donde encontró el tesoro enterrado en su casa" *.

«Así, el tesoro que pone fin a nuestras miserias se encuentra en nuestro propio Ser. Pero ha hecho falta ponerse en camino para descubrirlo.»

                                                                            * Jalal ad-Din Rumi, Masnavi


"El mejor discípulo"

"El Sheikh Junaid de Bagdad tenía un discípulo al que prefería sobre todos los demás, lo que incitó los celos de los otros discípulos; el Sheikh - que conocía los corazones- se dio cuenta de ello.
«Os es superior en cortesía y en entendimiento, les dijo. Hagamos una experiencia para que vosotros también lo comprendáis».

Junaid ordenó entonces que le trajeran veinte pájaros y les dijo a los discípulos: «Que cada uno coja un pájaro, se lo lleve a un lugar en el que nadie lo vea, lo mate y me lo traiga luego».
Todos los discípulos se fueron, mataron a los pájaros y los volvieron a traer. Todos..., salvo el discípulo favorito, que le devolvió vivo el pájaro.

«¿ Por qué no lo has matado?», pregunto Junaid.
-«Porque el maestro ha dicho que tenía que hacerse en un lugar en el que nadie pudiese vernos», respondió el discípulo y, continuó diciendo, «en todas partes a donde he ido, Dios estaba viendo».
«¿Veis el grado de su comprensión?-exclamó Junaid-comparadlo con los demás».
Los discípulos pidieron perdón a Dios."

                               Farid al-Din Attar"Tadhkirat al-Awliya" o "Memorial de los Santos".