___Historias, cuentos y relatos de un Saber Olvidado___

. . . . . Relatos y textos de Tradiciones de Conocimiento . . . . .

____ . . . . . Historias y Relatos sufíes . . . . . ____



"El tesoro oculto"


"Un habitante de Bagdad había malgastado toda su herencia y se encontraba en la indigencia. Después de dirigir a Dios ardientes oraciones, soñó oír una voz que le decía que en la ciudad de El Cairo había un tesoro escondido en cierto lugar.
Llegado a El Cairo sin dinero, resolvió mendigar, pero tuvo vergüenza de hacerlo antes de que cayera la noche. Cuando erraba por las calles, fue prendido por la patrulla, que lo tomó por un ladrón y lo molió a palos antes de que hubiera podido explicarse.
Al final lo logró, y contó su sueño con tal acento de sinceridad que convenció al lugarteniente de policía.
Éste exclamó: «Veo que no eres un ladrón, sino un buen hombre; pero ¿cómo has podido ser tan estúpido de hacer un viaje tan largo basándote en un sueño? Yo he soñado muchas veces un tesoro escondido en Bagdad, en tal calle, en casa de fulano, y no por ello me he puesto en camino»
Pues bien, la casa que mencionaba era la del viajero. Éste, dando gracias a Dios de que la causa de su fortuna fuese su propio error, volvió a Bagdad, donde encontró el tesoro enterrado en su casa" *.

«Así, el tesoro que pone fin a nuestras miserias se encuentra en nuestro propio Ser. Pero ha hecho falta ponerse en camino para descubrirlo.»

                                                                            * Jalal ad-Din Rumi, Masnavi


"El mejor discípulo"

"El Sheikh Junaid de Bagdad tenía un discípulo al que prefería sobre todos los demás, lo que incitó los celos de los otros discípulos; el Sheikh - que conocía los corazones- se dio cuenta de ello.
«Os es superior en cortesía y en entendimiento, les dijo. Hagamos una experiencia para que vosotros también lo comprendáis».

Junaid ordenó entonces que le trajeran veinte pájaros y les dijo a los discípulos: «Que cada uno coja un pájaro, se lo lleve a un lugar en el que nadie lo vea, lo mate y me lo traiga luego».
Todos los discípulos se fueron, mataron a los pájaros y los volvieron a traer. Todos..., salvo el discípulo favorito, que le devolvió vivo el pájaro.

«¿ Por qué no lo has matado?», pregunto Junaid.
-«Porque el maestro ha dicho que tenía que hacerse en un lugar en el que nadie pudiese vernos», respondió el discípulo y, continuó diciendo, «en todas partes a donde he ido, Dios estaba viendo».
«¿Veis el grado de su comprensión?-exclamó Junaid-comparadlo con los demás».
Los discípulos pidieron perdón a Dios."

                               Farid al-Din Attar"Tadhkirat al-Awliya" o "Memorial de los Santos".


"El rey y el anillo"

"Erase una vez un rey cuyo poder se extendía sobre el mundo entero. Le gustaba rodearse de sabios. Un día, les dijo: «Un extraño deseo ha surgido en mi corazón; ignoro cual es la razón. Deseo que me fabriquen un anillo de metal puro, que sea de tal clase que, al verlo, me ponga alegre si estoy triste; y que me ponga triste si estoy alegre»

Los sabios sorprendidos por tal petición, estuvieron mucho tiempo poniéndose de acuerdo. Al final, se decidieron unánimemente por un anillo en el que se grabaría: «también eso, pasará pronto»."

                                            Farid ud-Din 'Attar, "Ilahi Nama" o "El Libro Divino"        
                                               

"Cualidades Interiores..."



"Aquellos que han desarrollado ciertas cualidades interiores, 
tienen un efecto mucho más grande sobre la sociedad 
que aquellos que tratan de actuar 
basándose, solamente, sobre principios morales. 
Los primeros son llamados: 
"Los verdaderos hombres de acción"
y los otros: 
"Aquellos que no conocen 
pero que se conducen como si conocieran ".

         Referido como argumento común entre "los derviches" por el escritor Idries Shah.


"La Respuesta a la Oración"



"Gritaba un hombre una noche «¡Allah!»  hasta que sus labios se endulzaran por su alabanza.
Le dijo el demonio: «Hombre de muchas palabras ¿dónde está la respuesta "Heme aquí" a todos estos "Allah"? No viene ninguna respuesta del trono divino. ¿Cuánto tiempo vas a repetir "Allah" con aire lóbrego?».

Estas palabras le rompieron al hombre el corazón. Se acostó para dormir, y vio en sueños al Khadir *, en el verdor, que le decía: «Oye, has parado de alabar a Dios; ¿por qué te arrepientes de llamarlo?».

El respondió: «No me llega por respuesta ningún "Heme aquí". Temo ser rechazado lejos de la puerta».

El Khadir replicó: «No, Dios dice: Tu 'Allah' es mi 'Heme aquí' y esta súplica, este dolor y este fervor tuyos es Mi Mensaje hacia ti. Tu temor y tu amor son el lazo que coge Mi Gracia.
Tras cada uno de tus "¡Oh Señor!", hay muchos de Mis "Heme aquí"»."

                                                                       Jalal ad-Din Rumi, Masnavi, III


*Khadir: Al Jadir, Al Khidr


"La Peregrinación"

"El Sheikh Abdullah Mubarak, un día que se encontraba en La Meca, vio en sueños a dos Ángeles bajados del Cielo que se preguntaban cuántos peregrinos  habrían acudido aquel año: «Seiscientos mil», dijo uno de ellos. «Y ¿cuántos hay cuya peregrinación les haya sido aceptada?». «Ni uno solo» respondió el otro ángel. «Sin embargo» agregó, hay en Damasco un remendón llamado Ali ben Mufiq, que no ha efectuado la peregrinación en persona; pues bien, su peregrinación ha sido aceptada y le ha sido concedida la gracia de estos seiscientos mil peregrinos».

Una vez despierto, el Sheik decidió ir a Damasco e ir a ver a aquel remendón, al que descubrió finalmente, y le contó sus sueño.

Era un anciano que, al oir aquel relato, se echó a llorar. Contó que, treinta años antes, tras haber apartado, a costa de grandes penalidades, trescientas cincuenta monedas de oro para ir a La Meca, había descubierto que sus vecinos tenían hambre. Y les había entregado la suma ahorrada diciéndoles: «Tomad este dinero para atender a vuestros gastos, esa será mi peregrinación».


Farid al-Din Attar"Tadhkirat al-Awliya" o "Memorial de los Santos".


· Mantiq al Tayr · La Conferencia de las Aves · El Coloquio de los Pájaros ·

 · El Coloquio de los Pájaros·
                                   
"Las aves del mundo se reunieron todas, tanto las que son conocidas como las que son desconocidas, y hablaron entre sí de este modo: «No hay en el mundo país que no tenga rey;¿cómo es que, en cambio, el país de los pájaros no lo tiene? Este estado de cosas no debe durar por más tiempo; hemos de unir nuestros esfuerzos e ir en busca de un rey, pues no hay buena administración en un país sin rey...»

(Partieron, pues, en busca del "Simurgh"*, el ave fabulosa, símbolo del Rey, o sea de Dios. Después de haber soportado muchas pruebas y salvado los siete valles que las separaban de su fin: las de la búsqueda [talab], del amor [ishk], del conocimiento [irfan], del desapego o independencia [istigna], de la unidad [tawhid], de la maravilla o asombro [hairat], y de la aniquilación o muerte [del sí mismo, del "nafs" o ego: fana] llegaron finalmente al término de su peregrinación. Pero eran sólo treinta pájaros (en persa: "sî murgh" -en la similitud sonora de estas palabras persas,"Simurgh" y "sî murgh", y sus significados, tiene su apoyo este místico relato- ).

«Queremos ser aniquilados por el Fuego, dijeron las aves...»


El chambelán de la gracia acudió a abrirles la puerta, luego abrió otros cien velos, uno tras otro. Entonces, un mundo (nuevo) se les presentó sin velos: la más viva luz alumbró aquella manifestación. Todas se sentaron en la banqueta de la proximidad, la majestad y la gloria.

Les pusieron delante un escrito, diciéndoles que lo leyeran hasta el final. Pues bien, aquel escrito había de hacerles ver por alegoría cual era su estado desolado. En él encontraron consignado por completo todo cuanto habían hecho. El alma de aquellas aves se aniquiló totalmente de temor y vergüenza.

Cuando, así, fueron purificadas por completo y separadas de toda cosa, encontraron todas ellas una nueva vida a la luz del Simurgh. Así, se volvieron nuevas siervas y otra vez quedaron sumidas en la estupefacción. Todo cuanto antaño habían podido hacer fue purificado e incluso borrado de su corazón: el Sol de la proximidad lanzó sobre ellas sus rayos, e hizo resplandecer sus almas. Entonces, en el reflejo de sus rostros, aquellas treinta aves - si murgh - mundanas contemplaron la Faz del Simurgh espiritual. Se apresuraron a mirar aquel Simurgh, y se aseguraron que no era otro que Simurgh. Todas cayeron entonces en la estupefacción: ignoraban si seguían siendo ellas mismas o se habían convertido en el Simurgh y el Simurgh era realmente las treinta aves - sî murgh-. Cuando miraban hacia el Simurgh, veían realmente que era el Simurgh  quien estaba allí, y si dirigían sus miradas a sí mismas, veían que ellas mismas eran el Simurgh. Por último, si miraban a un tiempo en ambas direcciones, se cercioraban de que ellas y el Simurgh no formaban, en realidad, más que un solo Ser. 


Aquel único Ser era Simurgh y Simurgh era aquel Ser... Nadie en el mundo oyó nunca cosa igual...Como no comprendían nada de aquel estado de cosas, le pidieron al Simurgh que les revelara el gran secreto. 

Entonces, el Simurgh les dió esta respuesta: «El Sol de mi majestad es un espejo; quien quiere se ve en él; en él ve su cuerpo y su alma; en él se ve todo entero...Por más que habéis cambiado en extremo, os veis a vosotras mismas como erais antes...
Todo cuanto has sabido o visto no es ni lo que has sabido ni lo que has visto, y lo que has dicho u oído tampoco lo es. Cuando atravesasteis los valles del camino espiritual [tariqah], cuando hicísteis buena obras, no actuasteis sino por mi acción, y así habéis podido ver el valle de mi esencia y de mis perfecciones.
Aniquilaos, pues, en Mí, gloriosa y deliciosamente, a fin de encontraros a vosotras mismas en Mí...»

Y así aconteció finalmente, las aves se aniquilaron en efecto para siempre en el Simorgh:
la sombra se perdió... en el Sol..."
                                                                                 
                                   Farid al Din Attar, "Mantiq al-Tayr" o "El Lenguaje de las Aves"



*Simurgh o Simorgh es el nombre de un ave mítica persa.




"El gramático y el barquero"



«Cierto "gramático" se embarcó en un bote. Aquel hombre vanidoso se volvió al "barquero" y le dijo:
— ¿Has estudiado alguna vez gramática?
— No , respondió el barquero. 
Y el otro dijo:  Entonces, has perdido la mitad de tu vida.
El barquero quedó muy afligido, pero se abstuvo de responder.
Pues bien, he aquí que el viento empuja el bote hacia un remolino; el barquero le gritó al gramático: 
— Dime, ¿sabes nadar?
— No, dijo el otro. 
 ¡Entonces, oh buen hombre, oh gramático, tu vida entera está perdida, pues el bote zozobra en estos remolinos! Sabe que lo necesario es el desapego de sí mismo (mahw) y no la gramática (nahw); "si has muerto a ti mismo", te zambullirás sin peligro en "el Mar". El agua del mar hace que flote en su superficie el que está muerto; pero si está vivo, ¿cómo escapará de ahogarse? Cuando estás muerto a los atributos de la carne, el Mar de la Conciencia Divina te llevará a lo más alto. Si, en este mundo, eres el sabio más erudito de la época,¡ten en consideración la huida de este mundo y del tiempo! En "la pérdida de ti mismo", amigo mío, encontrarás la jurisprudencia de la jurisprudencia, la gramática de las gramáticas, la esencia de todas las ciencias.»

                                                                        Rumi, Masnavi, I.

"Shiblí y el perro"


«Alguien le preguntó a Shiblí*: 
— ¿Quién fue el primero en guiar tus pasos en el Camino del Umbral Divino?
Él respondió:  Vi un día un perro, al borde del agua, que se moría de sed. Cuando miraba la superficie del agua, veía su propio reflejo, que creía que era otro animal, y cada vez huía ante aquella imagen sin haber bebido. Al final, la sed le hizo perder todo conocimiento y se le acabó la paciencia; de un salto se arrojó al agua, y al mismo tiempo desapareció el otro perro. Desvanecido así aquel perro ante sus propios ojos, se esfumó entre él y su anhelo, aquel obstáculo que no era sino él mismo
— Así es como desapareció el obstáculo que se alzaba ante mí sin duda alguna, quien fue así aniquilado no era sino mi yo. De esta manera fui salvado; mi primer guía en la Vía fue un perroBórrate también tú de delante de tus ojos.  El obstáculo que te impide avanzar es tu "yo"; hazlo desaparecerEl más mínimo apego a tu "yo" es una pesada carga que traba tus pies. Si sientes la necesidad constante de Su Presencia embriagadora [del propio Ser Interior, Divinal], no vuelvas nunca a ti. Ese es todo el "vino" que necesitas.

                                                                            
                         Farid al Din Attar, "Ilahi Nama" (El Libro Divino)


*Abu Bakr Shiblí (861-946 e.c.), discípulo de Junaid Baghdadi (835-910 e.c.).

Taleb Bashîr

Referencia:
Bashîr, Tâleb, Relatos de la Tradición Unánime, Shiblí y el perro, Ilahi Nama de Farid al Din Attar, septiembre de 2010 <http://relatosdelatradicionunanime.blogspot.com.es/2010/09/shibli-y-el-perro.html>


"Dichoso el que está muerto antes de morir..."


«En el vergel, un cierto sufí puso su rostro, a la manera de los sufíes, sobre su rodilla, con el deseo de obtener un estado místico.
Luego se sumió profundamente en sí mismo. Un individuo impertinente se molestó por su aspecto de dormido.
—¡Eh!—, dijo, — ¿por qué duermes? Vamos, mira las viñas, contempla estos árboles, estos signos de la Misericordia divina, estas plantas verdes. Obedece la orden de Dios, pues El dijo: «Observa: vuelve tu rostro hacia estos signos de la misericordia».
Él respondió: — Oh hombre vano, estos signos están en el Corazón; lo que está en el exterior no son más que los signos de los signos. El (verdadero) vergel y el verdor se hallan en la esencia misma del Alma, su reflejo sobre lo que está en el exterior es como (el reflejo) en el agua corriente. Si los cipreses del mundo exterior no fuesen el reflejo de los cipreses del Corazón, Dios no habría llamado este mundo exterior el mundo de la ilusión.  Oh, dichoso el que está muerto antes de morir, pues él ha percibido el perfume del origen de este vergel.»
                                                                                  
                                                                                                               Rumi, Masnavi, IV


"Porque existe el agua..."


                    "Porque existe el agua, es que sentimos sed..."