___Historias, cuentos y relatos de un Saber Olvidado___

. . . . . Relatos y textos de Tradiciones de Conocimiento . . . . .

____ . . . . . Historias y Relatos sufíes . . . . . ____



"El turco y el sastre"


"Un narrador relataba a su auditorio divertido los fraudes y astucias a que se dedican los sastres. Un turco, que lo escuchaba con atención, le preguntó quien era en la ciudad el más hábil en aquel tipo de engaños. El narrador respondió que cierto sastre, llamado Pir-i-Shush, era superior a todos los demás como ladrón y atracador consumado.

«Os garantizo,dijo el turco,que por más que haga, nunca logrará robar ni un pedazo de hilo en mi presencia». Le aseguraron que otros más capaces que él habían caído en la trampa de aquel sastre deshonesto. Finalmente se apostaron un caballo árabe: el turco lo ganaba o lo perdía según acabara el encuentro.
A la mañana siguiente, se fue a la tienda del sastre, con una magnífica pieza de raso bajo el brazo, y mandó que le hiciesen un abrigo. El sastre se deshizo en reverencias y palabras amables y mientras le tomaba las medidas, se puso a contarle historias divertidas que hicieron reir mucho al turco. Sin embargo, mientras hablaba, cortó un pedazo de raso y lo ocultó entre sus ropas. Aquello siguió durante un buen rato: el sastre contando divertidas historias, el turco, partido de risa, pidiendo sin cesar nuevos chistes, y el sastre apoderándose subrepticiamente de trozos de tela. Él mismo, al final, le dijo al pobre turco que se fuera, si no no quedaría suficiente tela para coserle el abrigo.

«El sastre, que es el mundo, se apodera de la tela de tu vida, pedazo a pedazo, con sus tijeras, que son los meses.
¿Hasta cuándo querrás escuchar los cuentos del tiempo?»"
                                                         
                                                                                                          
                   Jalal ad-Din Rumi, Masnavi, VI


" El pájaro que tenía el don de volar "


"Había una vez un pájaro que no poseía el don del vuelo. Como un pollo, caminaba por el suelo, aunque sabía que algunos pájaros sí volaban. Sucedió que a través de una combinación de circunstancias el huevo de un pájaro volador fue empollado por éste que no volaba.
A su debido tiempo nació el pichón todavía con la potencialidad para volar que siempre había tenido, aún desde la época en que se hallaba en el huevo.
Entonces, le preguntó a su madre adoptiva:
-¿Cuándo volaré?
Y el pájaro atado a la tierra respondió:
-Persiste en tus intentos de volar, como los otros.
Porque no sabía como enseñarle al pichón a volar, ni siquiera sabía como arrojarlo del nido de manera que aprendiese.
Resulta curioso, en cierto modo, que el pajarillo no viera esto. El reconocimiento de su situación lo confundía debido a la gratitud que sentía hacia el pájaro que lo había empollado.
-Sin este servicio -se dijo a sí mismo- seguramente estaría aún en el huevo.
E incluso otras veces decía:
-Quien puede empollarme, seguramente debe poder enseñarme a volar. Debe  ser sólo una cuestión de tiempo, o de mis propios esfuerzos sin ayuda, o de alguna gran sabiduría. Si, así es. Un día, de repente seré transportado a la etapa siguiente por aquel que me ha traído hasta aquí ".



"Porque existe el Oro Verdadero..."


"Porque existe el Oro Verdadero, es que hay oro falso"




"El gramático y el pozo"



"En una oscura noche, pasaba un derviche junto a un pozo seco, cuando oyó un grito de auxilio desde el interior de éste. -¿Qué sucede? -preguntó, mirando hacia el interior del pozo.-


-Soy un gramático y desgraciadamente, debido a que ignoro el camino, caí en este profundo pozo, en el que ahora estoy casi inmovilizado -respondió el otro.-


-Espera, amigo, que voy a buscar una escalera y soga -dijo el derviche.-

-¡Un momento, por favor! -dijo el gramático-. Tu gramática y pronunciación son defectuosas, ten a bien corregirlas.-

-Si eso es mucho más importante que lo esencial -gritó el derviche- será mejor que  permanezcas donde estás, hasta que yo haya aprendido a hablar correctamente.-

Y siguió su camino."

                                                                     Yalal ad-Din Rumi, Masnavi, I



"Los tres consejos"



«Un hombre cogió un pájaro por medio de un cepo; el pájaro le dijo: "Noble señor, has comido muchos bueyes y corderos, has sacrificado innumerables camellos; y nunca has quedado saciado: tampoco lo vas a quedar conmigo. Déjame ir, que pueda darte tres consejos, a fin de que veas si soy sabio o estúpido. 
El primer consejo te lo diré posado en tu mano, el segundo en tu tejado, y el tercero en un árbol. Déjame partir, pues estos tres consejos te traerán la prosperidad."
El primero, que ha de decirse en tu mano, es este: "No creas un absurdo cuando se lo oyes a alguien". 
Cuando el pájaro hubo enunciado el primer consejo en la palma de la mano, fue liberado y fue a posarse en el muro de la casa, y dijo: El segundo consejo es "No te aflijas por lo que ha pasado cuando ha pasado, y no sientas pesar".

Después de lo cual le dijo: "En mi cuerpo hay escondida una enorme y preciosa perla, de diez dirhams de peso. Tan cierto como que estás vivo esta joya era tu fortuna y la suerte de tus hijos. Se te ha escapado esta perla, pues no estaba en tu destino el adquirirla, esta perla que no tiene igual en este mundo".

El hombre, como una mujer que gime cuando pare, se puso a dar gritos. 
El pájaro le dijo: "¿No te había aconsejado: no te aflijas por lo que ha pasado. Puesto que es algo pasado y terminado, ¿por qué te apesadumbras?
O bien no has comprendido mi consejo, o eres sordo. En cuanto al primer consejo que te he dado, o sea, "no creas una afirmación absurda", oh buen hombre, yo mismo no peso diez dirhams.  ¿Cómo puede haber dentro de mi un peso de diez dirhams?" 
Se recobró el hombre y dijo: "Oye, dime ahora el tercer consejo excelente".
"¡Bueno!, dijo el pájaro, has hecho tan mal uso de los otros dos consejos que no veo por qué habría de darte el tercer consejo en vano!"»
«Dar un consejo a un ignorante obtuso es sembrar en terreno baldío»".

                                                                                                     Rumi, Mathnawi, IV 


"Lo externo y lo interno"


Un Sabio "de Bucara atraía grandes grupos de personas y su casa estaba siempre llena de discípulos y peregrinos.

Afligido por ese trajín y movimiento, un estudiante devoto se marchó de la ciudad a poco de haber entrado en ella en busca del sabio y se encaminó a la choza de un contemplativo más solitario, en la parte oriental de Turquestán.

Después de que los dos estuvieron sentados en contemplación durante un rato, el místico levantó la cabeza, habiendo leído la mente del visitante, a quien dijo:

- Cuando juzgues por lo externo, por las apariencias solamente, obtendrás únicamente superficialidades. Te desagradó el aspecto externo del sabio de Bucara, y por lo tanto no pudiste percibir su aspecto interno. En el Día Final, si has de ser juzgado de la misma manera, por tu forma externa, ¿por qué no preparas tu propia exterioridad? Estás vestido sobriamente; adórnate con cuentas. Tu túnica es lisa; haz que sea motivo de observación. Decórate y luce. Entonces, por lo menos, se te podría reconocer el mérito de la coherencia".